EL PADRE ADOPTIVO DEL BÓLIDO

Todos necesitamos que nos cuiden. El bólido también. Durante las próximas semanas nos tendremos únicamente el uno al otro. Por ese motivo ambos deberíamos estar en perfecto estado (aunque será mejor no hacer alusión a mi condición física...).

Para poder garantizar que el bólido se encontrase en condiciones óptimas era necesario un mecánico que hiciese todo lo que yo no sabía hacer. Y entonces llegó él.

Hace un par de semanas entré en contacto con la gente de Vespania, un foro dedicado al culto a la Vespa. Ahí conocí a Jose, más conocido como Vespajo, un carismático cocinero que dedica sus horas libres a reparar toda Vespa que se cruza en su camino.


Vespajo se ofreció desinteresadamente a ayudarme a dejar la moto en perfectas condiciones para afrontar el desafío. Y así pasamos cualquier cantidad de horas en su garaje acompañados por Alicia, untándonos de grasa hasta las orejas mientras el bólido se convertía en un máquina con personalidad propia destinada a culminar el reto con éxito.

Poco se puede aprender de mecánica en tres tardes. En cualquier caso, todo lo que sé se lo debo a él (o casi todo...). Sin duda sufriremos averías (y probablemente muchas otras desventuras). Pero gracias a la ayuda de Vespajo, quien se ha convertido por derecho propio en el padre adoptivo del bólido, tendré más posibilidades de salir adelante. ¡Viva la madre que te parió!

No hay comentarios: